lunes, 10 de febrero de 2014

Un tema controvertido: el agrupamiento del alumnado por clases

   El desarrollo del quinto punto de la reunión de la COCOPE "Actualización del Plan de Convivencia. Acuerdo modelos de cuestionarios" me ha llevado a reflexionar sobre la controversia del agrupamiento del alumnado por clases.
   Con tal de poder actualizar el Plan de Convivencia del centro, la COCOPE acordó pasar unos cuestionarios al alumnado del centro con la finalidad de poder detectar los temas más conflictivos sobre los que hay que actuar y mediar, abordando las siguientes cuestiones:
  •  Convivencia interpersonal
  •  Relación con el entorno y el material
  •  Disciplina
   Ahora, pasar los cuestionarios a todo el alumnado del centro y posteriormente realizar la baremación sería un trabajo que requeriría una gran cantidad de recursos: tiempo, personal… Entonces, ¿a que muestra del alumnado se le debe pasar el test?
   Todos los componentes de la COCOPE estaban de acuerdo en que el cuestionario se debía pasar a una muestra representativa del sector más conflictivo.
-          “Los alumnos más conflictivos están entre 1º y 3º de ESO. Debemos pasar los tests al alumnado de 2º”.
-          “Los mayores problemas surgen entre 1º y 3º de ESO, pero los problemas no son los mismos en cada curso. Así, tenemos que pasar los cuestionarios a grupos de 1º, 2º y 3º de ESO”.
-          “No es lo mismo pasar los cuestionarios a la clase de 1º de ESO A que a 1º B, los resultados serían totalmente dispares”.
 
        A través de las intervenciones de estos tres componentes de la COCOPE podemos observar dos cuestiones fundamentales respecto al agrupamiento del alumnado:
       En primer lugar, las diversas clases del mismo curso tienen diferencias notorias entre sí. Es decir, en algunas clases se halla el alumnado con mejor comportamiento, y en consecuencia, con un mayor rendimiento académico, y en otras clases se ha agrupado al alumnado más conflictivo cuyas expectativas y rendimiento académico son bastante bajos. Yo, desde mi punto de vista, y con mi nula experiencia en un IES, le comenté a la profesora que nos tutoriza las prácticas que porqué los agrupamientos por clases no estaban hechos aleatoriamente (sin separar ni por comportamiento, ni por rendimiento) para que así fueran por una parte, heterogéneas y por otra parte, homogéneas entre sí (entre clase y clase del mismo curso). Ésta me dijo que es un tema que le provoca quebraderos de cabeza cada curso académico al claustro de profesores “¿Cómo podemos agrupar al alumnado en clases para conseguir un mayor rendimiento académico?”. “Las directrices para llevar a cabo los agrupamientos van variando con los años y aun así no conseguimos nuestro propósito, que haya un mayor rendimiento”, me confirmaba ella.

      Como podemos observar, en la educación no hay recetas, pues la realidad escolar es cambiante al estar formada por personas.

        En segundo lugar, todo el profesorado estuvo de acuerdo en que el sector de alumnado más conflictivo se encuentra entre 1º y 3º de ESO, ¿por qué? La respuesta a esta pregunta la hayamos, en gran medida, en la promoción automática: “Los resultados del mismo son bastante contradictorios frente a las expectativas generadas. Diferentes síntomas vienen señalando el fracaso de los anteriores ideales: altas tasas de analfabetismo, deserción y repitencia escolar, bajos niveles de logro académico en los aprendizajes básicos, entre otros. Lo más grave es que esta problemática se ubica precisamente en los sectores más desprotegidos de la sociedad, hacia los que supuestamente estaban orientados los mejores esfuerzos de esta propuesta”. (Manuel V. Rojas Rubio) En estos tres cursos nos encontramos con el alumnado que ha repetido 1º de ESO, 2º y 3º y los de promoción automática. Son numerosos los artículos y las opiniones de los docentes que hablan sobre el efecto negativo de la promoción automática en los resultados académicos del alumnado. Por ejemplo:
Promoción automática y fracaso escolar
Que se elimine ya la promoción automática

        Por una parte, si el alumnado es consciente de que promocionará de curso independientemente de su expediente académico ¿cuál es su motivación para esforzarse? Por otra parte, si un alumno puede promocionar hasta 3º de ESO con 15 suspensas ¿cómo puedes motivarlo hacia el esfuerzo?
        Como he dicho antes, la realidad escolar no tiene ni recetas ni patrones que le lleven al éxito. La experiencia y el trabajar día a día con el alumnado dando lo mejor de ti para sacar lo mejor de ellos es la clave hacia un mejor desarrollo.
         ¿Quién mejor que el profesorado y los resultados académicos para juzgar la validez de estas leyes?¿Por qué no se escucha a la voz de la experiencia? Puede ser que quienes hayan legislado la promoción automática tengan un gran expediente académico y un gran currículum (puede), pero si algo tengo claro es que pocas veces han trabajado en un centro educativo y se han encontrado de frente con la realidad escolar.

1 comentario:

  1. Ayer mismo redacté el acta de Cocope y lo cierto es que has reflejado las intervenciones respecto del punto cinco, y también el tono y sensaciones del profesorado. ( Ojo: hallamos es sinónimo de encontramos. No lo confundas con el auxiliar hayamos, de haber).
    Enhorabuena, Lola.

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